Recuerdo como si fuera ayer la sensación que experimenté la primera vez que me puse delante un papel o un lienzo para dar mi primera pincelada. Mi afición por la pintura apareció cuando un verano estaba yo en la casa donde veranea mi tía. Yo fui con intención de pasar una semana de desconexión en la costa brava.
En esa semana mi tía recibió una llamada, al otro lado del teléfono una amiga de ella , que es pintora profesional , y en esa larga conversación surgió la propuesta por parte de mi tía de llevarme al estudio de pintura donde su amiga deja que fluyan sus ideas. Ideas que con la ayuda de los pinceles es capaz de trasladar a un papel o lienzo.
Ella me dejó entrar en “su mundo “ y de esta manera yo descubrí mi afición por la pintura , actividad que ahora me permite plasmar mis sentimientos y emociones en un lienzo y descubrir mi creatividad.
La primera vez que me puse delante de esa mesa me empecé a fijar en todo lo que había en el estudio y luego pensé: ¿Cómo es capaz de hacer esto? Se lo pregunté y ella me respondió con una sonrisa “Simplemente me dejo llevar “
Y después de una charla distendida hice lo que ella me dijo en un principio “Y me dejé llevar “ por el pincel. Cosa que mientras estaba allí me ayudó a “Dar rienda suelta a mi creatividad “ y me sentí perfectamente con ello. Sentí que el pincel me permitía expresar todo lo que está dentro de mi: “ una sensación extraordinaria ….
Así descubrí mi afición…
Natalia Managuerra 