Cómo lucho por sacar el pandero del sofá

A veces me quedo sola en casa. Es entonces cuando me siento bien conmigo misma. También percibo que confían en mí y en mi autonomía. Me da seguridad.

Normalmente me dejan sentada en la silla de ruedas o en el sofá. Si me dejan en el sofá siempre me dejan a mi alcance la silla de ruedas para desplazarme, si así lo deseo. Sin embargo,  al tener dificultad para moverme no me es nada fácil hacer la transferencia,  del sofá a la silla o a la inversa.

Os explicaré qué proceso sigo para ayudarte a reflexionar en alguna situación complicada de tu vida.

Siendo muy consciente de mi limitación física, no consigo no caer en la frustración del primer momento. Me enfado conmigo misma, pero cuando me repito una y otra vez que eso no va a hacerme levantar del sofá, dar dos pasos y moverme como pez en el agua, lo acepto. Acepto mi situación. Hasta aquí vale, parece fácil y obvio, pero hay que ir más allá, amigos e intentar luchar con todos tus fuerzas para salir de esa situación.

Por tanto, me concentro en mis brazos y piernas y me digo a mí misma: «despega el pandero ahora mismo de ahí» y me enfrento a mi miedo. ¿ Caeré desplomada al suelo ? Cuando ese pensamiento llega a mi cabeza, rápidamente me digo a mí misma: si caigo, me levantaré, aunque sea arrastras. Es entonces cuando toda mi energía se centra en mis brazos y piernas, aparto la frustración, abrazo la aceptación y lucho con todas mis fuerzas para conseguir lo que sí puedo hacer: mover mi pandero del sofá a mi silla de ruedas.

 Sé que tarde o temprano lo consigo, y es entonces cuando siento una enorme satisfacción conmigo misma, por haberme quedado sola en casa y haberme podido mover de forma autónoma.

“Mi  mente es siempre más poderosa que mi frustración “