Un hermano es una pequeña joya, dicen. Y en mi caso, estoy totalmente de acuerdo. Un hermano es una pequeña joya del que no te vas a separar nunca. Y hoy cumple once años.
Desde pequeño fue siempre muy travieso. Os confieso que la noche que nació, recuerdo que vino mi abuela a dormir con nosotras (mi hermana y yo), no me hizo mucha gracia…Según me han dicho, sentí celillos de él durante sus primeros años de vida hasta que pasó a ser mi gran amigo y hermano.
Mi vida es especial gracias a él. Me ha robado literalmente el corazón. Me ayuda cuando más lo necesito. Hasta aprendió a subir encima de mi y a rodar sobre mis ruedas...Y no veáis lo que se divierte…
Creo que la clave del éxito es que nos aceptamos como somos, con nuestras diferencias. Él acepta mi parálisis Cerebral y yo que es travieso. Lo llevamos bien y nos queremos mucho. Pienso que el poder del amor rompe todas las barreras y en lugar de ver esas diferencias, lo que hace es que nos une aún más.
Mi hermano me ve normal y yo a él. ¿ No es eso mágico ? No vemos lo que ven los demás. Nacimos así y por tanto, a nosotros nos parece normal que él vaya andando y yo en silla de ruedas. Él no me mira raro, ni cuchichea al oído de nadie cuando me ve pasar. Él me acepta tal y como soy porque para él soy normal. Me pregunto qué ocurriría si el resto del mundo conviviera con personas diferentes desde que nace. Estoy segura que todo lo verían más normal de lo que lo ven y aceptarían a todas las personas con diferencias con normalidad.
¡ Felicidades ! ¡ Qué orgullosa estoy de ti, hermano !