Hoy escribo dispuesta a abrir una ventana hacia mi diversidad funcional. Hoy doy voz a la parálisis cerebral o su nombre científico: “ tetraparesia espástica distónica”.
Quiero dar mi particular visión sobre la parálisis cerebral, que por definición es un trastorno que afecta a la capacidad de realizar ciertos movimientos; lo que se denomina “ Apraxia” o “ dificultad en el movimiento que también dificulta mi equilibrio.
Sin embargo, mis límites no me han impedido bailar, hacer equino terapia o pintura.
¿ No te parece increíble ? Mi parálisis Cerebral no me ha paralizado sino que me ha dado «alas para volar» en la dirección que me lleva mi alma, no mi mente…
Te confieso que, según me cuentan mis padres, fue el resultado de un parto complicado. Ya vinimos al mundo mi hermana melliza y yo, por cesárea. Hablo de parto complicado, porque nacimos sietemesinas, lo que implicó que naciéramos con los pulmones inmaduros. Como puedes imaginar nos metieron en la incubadora, pero lo inesperado empezó a surgirme 24h después de mi nacimiento. Sufrí una” Hipoxia” o falta de oxígeno en el cerebro, después sufrí una hemorragia pulmonar y todo ello me causó la parálisis cerebral.
Mi parálisis cerebral me impide hacer algunas cosas: como tener un poco más de autonomía y ser un desastre en mates, pero ¿quién quiere ser matemática o ingeniera ? Yo no. ¿ Y salir de marcha ? Eso sí me gusta…. Me gustaría «salir de marcha» como hace mi hermana con total autonomía. Lo puedo hacer, pero siempre dependo de alguien de mi familia que me lleve y me recoja, pero a pesar de ello, salgo de vez en cuando: “ me pego un par de bailoteos y alegrías para el cuerpo y después vuelvo para casa más contenta que unas castañuelas “
Ya ves que si aprendes a vivir sobre ruedas o con las circunstancias que tienes todo es más fácil. Mi actitud siempre ha sido de buscar retos y vivir al máximo. “ la vida me enseñó a sonreír a la adversidad “ y valorar la vida como instantes pequeños que le dan el valor que tiene».
La vida me dijo que mi diversidad debía tomarla como reto al que me enfrento cada día sentada encima de silla de ruedas y con una sonrisa “ . De hecho, por ello estoy estudiando “Atención a personas en situación de dependencia “, mi vocación.
Mi diversidad jamás ha sido mi límite sino mi motivo para luchar y sonreír a mi vida. No permitas que la silla sea tu límite sino tu razón para luchar por lo que quieres, aunque cueste más“.
Lucha, persiste y confía en tu instinto para conseguir tus sueños.